lunes, febrero 02, 2009


Las dos caras de la moneda

En los últimos días he tenido oportunidad de ver las dos caras de la moneda de este complicado mercado laboral.

Las malas noticias abundan, el paro asciende sin parar a un ritmo descontrolado. Muchas familias están perdiendo su única fuente de ingresos para pasar a depender de un limitado subsidio. Esa destrucción de empleos es grave desde todos los puntos de vista. Lo peor, los aspectos personales, los dramas de cada hogar, para qué vamos a decir nada. Pero para el gobierno sólo hace que empeorar su delicada ya situación. No sólo la persona deja de cotizar sino que además recibe (en general) un subsidio.

Por todas partes surgen nuevos ERE justificados o no. Y digo esto porque algunas empresas (las menos) están utilizando esta medida de una forma algo tendenciosa y obteniendo posiciones favorables para luego negociar y aparentar un esfuerzo magnánimo. El caso es que las cifras están ahí, UGT incluso ha elaborado un mapa en google con los ERE catalanes actualizados con todo tipo de información.



Ver mapa más grande

Pero también está el otro lado. La semana pasada he vuelto a tener la oportunidad de estar en contacto con jóvenes con poca o ninguna experiencia profesional sólida. Se trataba en este caso de un grupo de estudiantes de postgrado, algunos provenientes de otros países. Se trata de unas Jornadas que organiza la URV y en las que se tratan temas como por ejemplo cómo trazar una carrera profesional a largo plazo o el descubrimiento y desarrollo de ciertas habilidades, entre otros ítems.


A mi me encanta tratar con ellos porque todavía tienen una mirada diferente, fresca, poco contaminada. Algunos quieren dedicarse a la investigación, algunos no han tenido ningún empleo y otros han tenido empleos más o menos precarios. Pero la mayoría de ellos todavía está descubriendo la realidad del mundo laboral en el que se tendrán que desenvolver en breve. Tienen un punto de frescura que oxigena, no están de vuelta, no están quemados. Saben lo que les espera, lo intuyen, pero también creen en sus posibilidades. Rechazan las estructuras existentes, las nocivas relaciones de poder de los que lo tienen. Rechazan el capitalismo más salvaje, en pro de modelos más atractivos para ellos. Bien.


Es muy agradable comprobar que todavía ven oportunidades donde muchos ven lo de siempre, lo que no se puede cambiar. Todavía creen que todo es posible, que todo está por hacer. Saben que son la generación que más difícil lo va a tener en mucho tiempo, pero se saben también preparados.


Vendrán muchas decepciones, seguro. Más de uno acabará domesticado por el sistema, seguro. Pero estoy también convencido que toda esta situación a ellos también los va a cambiar, no dejarán que las cosas sigan como hasta ahora. Al igual que ha pasado en generaciones anteriores donde se rechazaba por sistema el modelo existente, ellos también lo harán. Y desde luego hay que cambiar unas cuantas cosas, queda mucho trabajo por hacer. Sin duda vamos a necesitar toda esa energía para salir del túnel.


1 comentario:

Senior Manager dijo...

Los contrastes están a la orden del día, ahora hay gente sin trabajo, gente en ERE, gente trabajando y gente que no sabe lo que tiene que hacer...

Opino que las nuevas generaciones tienen la oportunidad de crear el cambio de mentalidad que el país necesita y merece. Yo sigo pensando que estamos así por culpa de nuestra cultura que ultimamente fue conformista e influenciada por el ambiente de bienestra en el que hemos vivido.