Parece que el chorro de malas noticias económicas no cesa...Hace unos minutos los informativos se despachaban a gusto con la caída de tres bancos más, todos ellos destacados en sus países.
Merkel ha anunciado el rescate de Hypo Real State hace unas horas, eso sí, anuncia que "se hará todo lo posible por responsabilizar personalmente a los culpables de la mala gestión". Y es que esta crisis tiene una dimensión y profundidad que la hace distinta a otras crisis, como por ejemplo, la que hay en España en paralelo, la del sector de la construcción-inmobiliario.
Hemos vivido años de capitalismo puro y duro donde los fondos de inversión, el gran capital ha dominado la economía. Donde las decisiones de las grandes corporaciones se tomaban con la mirada puesta en la bolsa, no en el largo plazo. Hemos visto deslocalizaciones (alguna muy reciente) no para salir de los números rojos, sino para aumentar los beneficios. Hemos visto arriesgadas operaciones en bolsa jugando incluso a perder. Hemos visto cómo pidiendo una hipoteca pagábamos los viajes y los coches. Hemos visto cómo enseñando una nómina por debajo de 1.000 € se firmaba una deuda a 40 años.
Pero no hemos visto a nadie que controlara a este sistema, ahora nos damos cuenta. En EEUU el rescate consiste en un superplan de alrededor de 700.000 mil millones de dólares. Para que nos hagamos una idea del tamaño del agujero, la ONU estima que para erradicar el hambre en el mundo harían falta 250.000 millones de dólares.
Este festín de inyección económica a lo mejor llega tarde, a lo mejor es insuficiente. Pero lo que está claro es quién lo va a pagar: el contribuyente, el currito, el trabajador. Mientras tanto las cifras de despidos, cierres y parados irán subiendo durante unos meses más. Los empresarios sufrirán, pero los trabajadores más.
Alguno se estará ya preguntando porqué hablamos de ésto aquí. Pues porque uno ya está cansado de que siempre pierdan los mismos. Si quién manda es el capital, el mundo financiero, alguna forma debemos encontrar de regularles. No se puede tolerar semejante desmán, un agujero financiero tan enorme. Las empresas, las corporaciones adquieren una responsabilidad con sus inversiones.
No se debe tratar de conseguir más y más réditos. No es suficiente, no para el conjunto de la sociedad. Hay que exigir más compromiso y más responsabilidad.
Y no se trata de patrocinar las fiestas locales, ni de que subvencionen guarderías. Gracias, pero con que no dejen en la estacada a los pequeños ya estaría bien.
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