miércoles, noviembre 21, 2007


El presentismo laboral

La semana pasada asistí a un taller del III Congreso sobre Patologías derivadas del estrés que se llevó a cabo en el Palacio de Congresos de Tarragona con mucho éxito y en uno de los talleres se hablaba de la adicción al trabajo y el Sr. Mario del Líbano, de la Universitat Jaume I (UJI) habló de un concepto que me sorprendió y que mucha gente no conocía o confundían con otros conceptos, el presentismo laboral.

¿ Y qué es el presentismo laboral?

Anteriormente el presentismo laboral se refería a los empleados que trabajan a pesar de estar enfermos, lo que provocaba un bajo desempeño en sus actividades.

Sin embargo, con el tiempo a esta situación se le sumaron otros factores. En Psicología se considera presentismo cuando un empleado realiza sus actividades laborales, pero por cuestiones emocionales no desempeña sus funciones al 100%. Puede ser alguien con depresión, ansiedad, problemas de pareja, con los hijos, entre otros.

Quienes sufren el presentismo no se pueden concentrar, pasan mucho tiempo pensando en sus problemas y poco a poco convierten las ideas en acciones.

El presentismo también se observa cuando una persona pierde tiempo viendo páginas de internet no relacionadas con su trabajo, en chats con amigos, encuentros casuales de pasillo, salir a fumar con los colegas o pedir permiso para ver a los hijos.

En promedio seis de cada 10 trabajadores se conectan a internet, 50% revisan lugares de entretenimiento, cuatro de cada 10 ve páginas relacionadas con sus finanzas (banca en línea) y uno de cada 10 visita páginas para adultos.

En el presentismo también influyen condiciones como la competencia y las exigencias laborales. Los empleados no quieren ausentarse por temor a perder su trabajo, aunque este fenómeno es considerado como más costoso para las empresas que el mismo ausentismo.

El presentismo laboral afecta física y emocionalmente a una persona y con el tiempo deriva en ausentismo. Aunque es una situación latente en la mayoría de las empresas, pocas son las que hacen algo al respecto, pues en general los empleados no hablan de sus problemas abiertamente.

Muchos problemas se generan por inconformidades en el trabajo, ya sea porque es temporal, no tiene el perfil adecuado o a la persona no le apasiona su tarea.
A la conclusión que llegamos es que esto tiene que hacer que las empresas revisen y creen programas motivacionales, así como premiaciones eventuales, entrega de bonos fijos, revisión de entradas y salidas del personal, horarios de receso a intervalos; grupos pequeños de trabajo (con un líder cercano a sus compañeros que conozca sus problemas), así como políticas de uso de las herramientas de trabajo para evitar los abusos. Si todo esto se llevara a cabo, quizá las empresas notarían un buen cambio en su productividad, al igual que los empleados.
Autora: Àngela Pujol, Directora de Tau y profesora adjunta de la URV apujol@tauformacion.com

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