sábado, octubre 13, 2007


Fonseca, motivador de vendedores (o no?)







Muchos de vosotros seguro ya habréis visto este vídeo. Para los que no, pues todavía puede tener algo de gracia.


Lo que ya no tiene ninguna gracia es que estos métodos sigan existiendo. Esta misma semana dos colegas míos me han llamado para explicarme sus penosas experiencias con el jefe (es el mismo para los dos!), un señor responsable de ventas a nivel nacional, con un supersalario, cochazo de empresa, acciones y demás parabienes...Pues bien, este energúmeno podría protagonizar un manual del management del estilo: "Cómo desmotivar a tus colaboradores, todo lo que siempre quisiste saber y nunca te atreviste a preguntar".



Este señor utiliza métodos antediluvianos de la gestión de equipos, sigue utilizando la bronca personal como recurso para incentivar la reacción, la humillación ante el resto del equipo y la ridiculización de la labor propia. Parece increíble, exagerado, pero eso precisamente es lo que lo hace más destacable. Resulta que la realidad una vez más supera la ficción. De hecho se podría hacer una comedia con su drama, lástima que para algunas personas sea su día a día.



Lo más triste del tema es que el equipo en cuestión está formado por profesionales como la copa de un pino, implicados hasta el túetano con el proyecto. Por lo menos, hasta hace unos días. Alguno ya está escuchando propuestas de otras compañías. Por cierto, ¿qué es peor? ¿qué se nos vaya el talento o que se nos queden en la organización personas válidas pero desmotivadas y desencantadas?


Ver el vídeo de Fonseca puede resultar más o menos entretenido, pero no hay que olvidarse del camino que nos queda por recorrer en el ámbito de la motivación de equipos. Muchas personas siguen creyendo que la única herramienta es el salario, y que por tanto, eso sólo ya da derecho a una exigencia de motivación por parte del otro. Se olvidan de aspectos tan importantes y clave para el desempeño del equipo como son el reconocimiento, el desarrollo profesional, la responsabilidad, la formación o la seguridad.


Cada vez resultará más complicado para las compañías retener al talento, puesto que éste se guardará de participar en proyectos poco motivantes.


Así que, ojito señor Fonseca, que esto se le va de las manos...









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