En cierta ocasión tuve la oportunidad de compartir una sesión con el enorme Oriol Pujol y hubo una de sus ideas que me caló y fuerte. Y me sigue acompañando. La idea-fuerza en la que él insiste es que a lo largo de la vida nos suceden cosas que uno nunca sabe si son para bien o para mal; reproduzco parte de un post de Daniel Giménez:
“Dícese de un granjero que tenía un caballo precioso. Un buen dia el caballo se le escapó y los vecinos del pueblo vinieron a consolarlo por la mala suerte que habia tenido pero el hombre les dijo: ¿mala suerte o buena suerte? ¡Quién lo sabe!
Unos días después el caballo regresó con dos potros sanos y fuertes y los vecinos del pueblo acudieron corriendo a felicitarle por la buena suerte que habia tenido. Como la vez anterior el granjero les dijo: ¿mala suerte o buena suerte? ¡Quién lo sabe!
Al cabo de un tiempo, el hijo del granjero, intentando montar a uno de los nuevos potros se cayó y se rompió una pierna. Cuando los vecinos se enteraron fueron a verlo para animarle por la mala suerte que habia tenido su hijo. Una vez más el granjero les dijo: ¿mala suerte o buena suerte? ¡Quién lo sabe!
Se cuenta que empezó la guerra al poco tiempo y vinieron a reclutar a todos los jóvenes del pueblo pero no se llevaron al hijo del granjero porque el chico no estaba en condiciones de combatir. Una vez más los vecinos del pueblo fueron a felicitar al hombre por la gran suerte que habia tenido.”
En ocasiones la vida te obliga a cambiar algo, a tomar decisiones, a tomar otro camino. A menudo tenemos miedo de ese cambio, sólo vemos la parte más negativa sin darnos cuenta que al tomar otra alternativa la anterior simplemente ya desapareció. Focalizándonos en el lamento no conseguimos ver la oportunidad del cambio, de la transformación.
Decir esto con la que está cayendo puede parecer algo ingenuo. Lo sé. Pero es que hoy es un día triste para mí. Dos amigos míos están a punto de perder su empleo de la peor manera, y con las peores formas y justificaciones. Ya casi da igual los motivos y si se pudo hacer algo diferente, que se pudo y mucho. Es tanto el desgaste y el agotamiento que ése ya no es el tema.
El tema es que ante ellos (y muchos otros miles, me temo) aparece un cruce de caminos. Uno de ellos les queda vedado, están excluidos. Pero deberán seguir por uno nuevo en el que no dudo seguirán apareciendo nuevas oportunidades. Hay que vencer al miedo para que no nos paralice y seguir caminando, seguir tomando nuevas opciones y buscando nuevas oportunidades.
Para ello deberemos poner mucho de nuestra parte, desarrollar nuevas habilidades, potenciar otras, retomar contactos, tener un proyecto, una idea de futuro nueva y fresca. Mi referente Victor Frankl nos dejó escrito: "Cuando no podemos cambiar la situación a la que nos enfrentamos, el reto consiste en cambiarnos a nosotros mismos".
Son tiempos de cambio, para todos.
4 comentarios:
Totalmente de acuerdo
No éxiste el éxito o fracaso
Ambos son la interpretación que tú haces de un resultado
Enhorabuena por el blog
Hola José Luis, muchas gracias por venir por aquí! Efectivamente coincido contigo, es una cuestión de puntos de vista! Hasta pronto.
Agustí, totalmente de acuerdo, muchas veces nos lamentamos antes de tiempo y a posteriori vemos que realmente no nos ha salido tan mal!
También es cierto que en demasiadas ocasiones le echamos la culpa a los demás o al "destino", y que tenemos que poner de nuestra parte para que ocurran las cosas (como dice Rovira en La Buena Suerte), aunque es verdad que en ocasiones, aun poniendo todo de nuestra parte, como en el caso que comentas de tus amigos, algo no sale bien.
Pero quizás, como bien argumentas, al final el cambio sea bueno para ellos, hay que ser positivo y mirar hacia adelante.
Un saludo.
Pablo
Pablo, gracias por pasarte. Estoy de acuerdo con que echarle la culpa de todo lo que pasa al entorno no es la manera más adecuada de ponerle remedio. También es cierto que hay factores que uno no controla, pero sí podemos controlar cómo nos afecta y de qué manera re-accionamos.
Hasta pronto!
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