Recientemente una afortunada campaña de telefonía destacaba el papel del autónomo casi como especie en extinción, como algo a observar. Se destacan en la campaña su obsesión por el control de costes y también la ausencia de un "paraguas" de empresa en la escena en que el autónomo está en el autobús rodeado de personas con jamones...
Está claro que el autónomo no es (no somos) una especie en vías de extinción ni mucho menos, pero realmente está acusando la crisis de forma muy especial. Todo el mundo tiene más o menos claro la escasez de coberturas que tienen los autónomos. Un colega mío dice que si quieres tener salud de hierro lo mejor es hacerte autónomo, jamás cogerás una baja...
Sólo en Catalunya han desaparecido 14.000 autónomos en los últimos seis meses, cuando la crisis ha apretado más fuerte. Hay que recordar que el autónomo puede ser simplemente alguien que trabaja por su cuenta, pero que a menudo es un empleador de terceros. Un autónomo puede contratar a otras personas con este régimen y así lo hacen. Existen otras opciones, por ejemplo, socios de sociedades limitadas con un 50% o más deben obligatoriamente ser autónomos y no pueden cotizar en el régimen general. Es obvio también que en estos últimos casos los autónomos son habitualmente generadores de puestos de trabajo ya que difícilmente uno crea una sociedad limitada si no tiene intención de crecer en su estructura. Algunos autónomos en cambio cotizan en este régimen pero trabajan en exclusiva para alguna empresa con la que tienen relación comercial. Esta última opción es muy frecuente en la construcción y sectores afines, sea empleando a terceros o no.
Así que ya vemos que el autónomo es a menudo un generador de empleo y un embrión de sociedades, de hecho, podemos considerarlos empresas, aunque sea de un tamaño muy reducido. Pero, ¿qué empresa no ha empezado con un tamaño muy reducido?
Por eso me parece especialmente grave que en este eslabón tan débil haya una bajada tan significativa de actividad, son un termómetro muy claro de lo que puede pasar en el próximo semestre. La nuestra es una economía de pymes y de micropymes, en un tanto por ciento aplastante. Son el corazón de eso que llamamos el tejido empresarial y los que más van a sufrir los efectos de la crisis.
Nadie ha visto un plan de rescate para autónomos, ni ayudas especiales, ni financiación en mejores condiciones, ni nada por el estilo. Cuando un autónomo invierte en un nuevo proyecto, en un local o en una maquinaria habitualmente la Agencia Tributaria le debe una devolución de IVA que se puede retardar ¡hasta un año! ¿Cómo va a sobrevivir ese proyecto? ¿Puede ir al banco a buscar financiación?
Cuando las empresas punteras están reduciendo personal, cuando la construcción ha frenado ya del todo está claro que los autónomos se van a ver muy perjudicados en tanto que su estructura es mínima y la dependencia directa de su actividad es excesiva. Pero no es menos cierto que hay muchísimos autónomos con proyectos empresariales viables y con futuro que por circunstancias del entorno van a tener que cerrar. Y es una lástima, porque eso hará que la recuperación sea más lenta y dura para todos, no nos olvidemos que cuando caen autónomos también caen empleados suyos.
De todas formas otro aspecto no menos grave y que va a provocar problemas muy serios es la morosidad. Es decir, que llegue el vencimiento de una factura y el autónomo no pueda cobrarla por insolvencia del cliente o por un exceso de laxitud en la formas. Por ejemplo, con la Administración Pública.
No es extraño ver plazos de cobro de seis meses o más, cuando el principal coste de un autónomo tranquilamente puede ser el del personal, que se paga cada treinta días. En este contexto donde los bancos no dan financiación para el circulante es clave que se ponga algo de sensatez en los plazos de pago. Ya está bien de pensar que seis meses es un plazo aceptable para alguien, y menos para la Administración.
Desde sus diferentes instituciones y organismos deberían velar por cumplir los plazos establecidos e incluso por acortarlos. Y en esto se debería ser serio y riguroso, si es necesario con una ley sobre plazos y condiciones comerciales de una vez que sea respetada por todos, y en especial, por el legislador.
Son días para pedir deseos, ¿verdad?
Feliz Año Nuevo
2 comentarios:
Hola Agustí
Felicidades por tu artículo. Le has dado en el clavo retratando una realidad.
Feliz Año 2009
Hola Àlex, muchas gracias por pasarte por el blog!
Feliz año 2009 a ti también. Hasta pronto
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