jueves, mayo 17, 2007


Estilos de dirección

Nuestras empresas se enfrentan cada día a entornos más maduros y más competitivos. Esto no es algo nuevo. Cualquiera que tenga responsabilidades lo conoce muy bien.
Algo así debería hacer reflexionar a nuestros líderes sobre cuál es el modelo de dirección adecuado ante este planteamiento.
¿Cuál es la vía que permitirá a nuestras empresas sobrevivir? ¿Cómo conseguirán destacar sobre los competidores? ¿Con estrategias de precio? Parece complicado; si observamos nuestro entorno veremos que para completar el panorama la globalización hace tiempo que no es un anuncio agorero, es una realidad. Ya no podemos conformarmos con ser competitivos a nivel local. Seguro que habrá otros entornos donde producir o prestar servicios pueda resultar más rentable para la empresa.
Entonces, ¿qué es aquello que nos puede hacer destacar por encima de los demás? Pues seguramente todo aquello que tenga relación con nuestra creatividad, capacidad de innovación y por tanto, del conocimiento. Convengamos que estos elementos marcan que la dirección de las personas que trabajan en la empresa no pueda responder a un modelo de dirección descendiente y control de la tarea, algo que deja poco o ningún margen a la innovación colectiva o a la creatividad, sea individual o no.
Por ello será más conveniente ir evolucionando hacia una estrategia de responsabilidad en la tarea contra un modelo antiguo ya de dirección. Deberemos crear auténticos equipos de trabajo, fomentar la comunicación y la información, la cohesión de nuestras personas y cohesionarlos alrededor de un objetivo común.
No resulta sencillo iniciar este camino, el primer paso es tomar consciencia que debemos revisar nuestra estrategia y poner en primer plano a las personas. Hay que cambiar las gafas con las que observamos la realidad. Es el momento de cambiar ahora que estamos a tiempo.

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